Mucho se habló - y sigue- sobre el Bicentenario de Mayo y los 194 de la Independencia. Pero, ¿Hemos conseguido que con la conmemoración renaciera una conciencia generalizada en torno a recrear en su justa dimensión aquéllas gestas? Con el objetivo también de reconocernos históricamente como los descendientes en el compromiso y el espíritu que animó a aquéllos hombres. Naturalmente, no eran todos iguales ni estaban nutridos de igual ideología. Tampoco les impulsaban similares intenciones a priori ni las que se fueron instrumentando a partir de las invasiones inglesas, pero deponiendo mezquindades, intereses de sector y personales, construyeron los pilares de la argentinidad. Hoy sabemos que uno y otro acontecimiento se produjeron por la acción de varios grupos divergentes que coincidieron finalmente en un objetivo común. Es cierto, no hay todos los días un Belgrano, un Rosas o un San Martín y por qué no decirlo, tampoco un Perón. Creemos que más allá de esas insalvables diferencias, el pueblo, si está persuadido de que es posible construir el futuro a partir del esfuerzo de modificar el presente, se organizará con el objetivo del bien común. Un bien por todos anhelado y que sólo en común se consigue.
Hay mucho para cambiar. Un breve repaso nos muestra a una sociedad fragmentada y que no visualiza un horizonte compartido. En lucha individual, donde la otrora movilidad social ascendente revirtió en descendente. Una Ciudad que encuentra todos los días que el número de hombres, mujeres y niños en situación de calle crece. Un relevamiento en la primera mitad del año arrojaba una cifra cercana a las 10.000 personas en ese estado. Paisaje que es compartido, en menor medida, por los grandes centros urbanos de la Argentina. El conjunto de factores negativos concurrentes: vivienda, empleo, educación, acentúan la situación de pobreza, indigencia y exclusión. Un país rico y una ciudad opulenta con un sector que crece fuera de las estructuras constitutivas de la comunidad. Un heterogéneo conglomerado humano que se siente y que está fuera de la cancha. No goza de derechos y no se siente obligado, no es sujeto de obligaciones y produce sus consecuencias. Creemos que esta es la prioridad: Elaborar un Plan de lucha integral contra la pobreza en nuestro país y en nuestra ciudad, con especial énfasis en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Esto justificará y dará legitimidad al Bicentenario de Mayo y los 194 años de la Independencia.
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